Dakar

He salido a desayunar y hace un día mucho más fresquito. No tengo Internet, no saben lo que pasa. Entonces no se podré conectarme hoy, porque no se lo que tardaran en arreglarlo. Ya parece que va.

Pues voy a hacer la excursión hasta Tecnópolis, a ver si veo algo del Dakar… veremos cómo lo hago.

Cojo el colectivo y me bajo en donde mi instinto más que nada me dice, porque he perdido la referencia. Después de darme un paseito por un barrio de casas bajas donde no hay nadie, entro en un kiosko para comprar una coca y de paso pregunto; iba justo en sentido contrario.

Cambio de sentido y ando hasta que me encuentro a los coches que van llegando. (Que diferencia con el lago rosa!), si Sabine levantara la cabeza...

El caso, sigo a los coches y claro, dan un poco más vuelta. Más paseíto.
Dentro del Tecnópolis, pega el sol de plano y se me ha olvidado la gorra. Pero os he conseguido unas fotillos.

 

 

Después de unas horas al sol y un hot dog, al bus. Otra vez paseíllo. Sólo pienso en llegar a “Que lo parió! Bar”, para tomarme un litro. Por fin llego. El primer vaso entra sin tocar el aro, se me saltan las lágrimas, el segundo me quita la sed, el tercero empiezo a disfrutar del sabor, el cuarto, jode que bien estoy, y el quinto, menos mal que estoy a 50 metros del hostel. Entre tanto viene un tipo vendiendo calcetines. Le digo, no, no quiero nada, gracias. El tío: pues dame un trago que tengo sed… Que se quería beber mi birra!. Le digo: si tienes sed bebe agua, esto es vicio. Y se va el tío maldiciéndome. No te digo...

Bueno pues. Se está haciendo de noche, así que voy al hostel para refrescarme un poquito y salir a cenar, que visto un sitio majo por aquí. Hoy sabadete habrá ambientillo.

 

Pues mira, tiene hasta “chow” cómico, "comicidio” se llaman.