La Catedral de Mármol

Nos despertamos tranquilamente sin ninguna prisa. Sacamos unas fotos del pueblo, desayunamos, charlamos con la gente, revisamos un poco las motos.

 

Ya estamos en la Austral y nos vamos para el norte a buscar nafta a Puerto Tranquilo. La ruta esta bonita. Vamos bordeando un lago entre los Andes, pero es muy polvorienta. Además es una carretera principal y pasan muchos coches, un poco incómodo, es lo que hay. Vamos parando y sacando fotos, Jose lleva una cámara buena, a ver si me pasa las fotos por email.

 

En dos horas estamos en Puerto Tranquilo, yo antes he visto un sitio que hay rutas en barco y en canoa, para ver la Catedral de Mármol, que son unas formaciones en las rocas del lago, que han creado unas cavernas en el mármol. Me quedo pensando que me gustaría verlas, pero seguimos hacia el pueblo a repostar. No tengo pesos chilenos, pero se puede pagar con tarjeta.

 

 

Estamos haciendo risas con el gasolinero y viene un motoquero a hablar con nosotros. Es francés, Mateo, y lleva más de 4 años viajando. Ahora,  hace año y medio, va con su chica, Pamela, estadounidense. Están viajando hacia el sur. Hablan bastante bien español. Lo ha aprendido viajando. Ellos se van a quedar a ver la Catedral de Mármol. Yo no tengo dinero chileno y no hay cajeros, entonces no me puedo quedar. Pero Mateo me cambia unos pesos argentinos, porque ellos van a pasar mañana a Argentina. Así que decido quedarme con ellos, y hacer la visita en piragua.

Me despido de Jose, con un poco de pena. El sigue el viaje por la Austral. Tiene un poco de prisa, porque se le acaban las vacaciones. Igual nos volvemos a ver. De todas maneras tiene mi email para conectar. Mañana iré hasta el pueblo donde duerme él.

Mateo encuenta la empresa que alquila la piragua y te deja acampar gratis, y nos vamos a ver la Catedral. Hasta las 5 no hay canoas libres.

Mientras esperamos, ellos se van a echar una siesta, yo me quedo con unos chavales chilenos, que viajan a dedo y me invitan a comer unos espaguetis.

Es más, hacen la comida sólo para mí, ellos ya han comido. Uno se podría acostumbrar a esto.

 

Ya es la hora y nos vamos a la piragua. Estamos dando el paseíto, también hay unas lanchas de turistas,  y en un paso por una cueva están Mateo y Pamela sacando unas fotos, y estorban un poco a una lancha. Salimos de ahí.

 

 

Estoy más tarde detrás de la lancha sacando unas fotos y el piloto me llama. Yo no le entiendo bien, creo que me está pidiendo que les saque una foto.

 

Me acerco y me está riñendo, porque le habíamos obstaculizado el paso y me pregunta el nombre.

- Yo le contesto: John Smith
- Él me dice que va a informar y a ver si tengo permiso para estar ahí.
- ¿Y tú para conducir eso?
- Mateo le dice que a ver si va a informar él y va a tener que ir a trabajar al campo.

Mano de santo, se acabo el tema.

 

Cómo se ha puesto el tío por nada.

Las lanchas esas van a paso de una persona nadando por dentro de las cuevas. No hemos puesto en peligro a nadie. Habrá tenido un mal día.

 

 

 

Después hemos ido al pueblo a comprar comida; nos hemos cenado un arroz con salchichas y tomate, bastante bueno para haberlo hecho bajo la lluvia, debajo de un plástico.

20-02-2015